jueves, 15 de enero de 2009

Información, Conocimiento y Marginalidad Social

No es lo mismo acceder a información que disponer de conocimiento. Si bien ésta es la sociedad de la Información, el sentido último es que sea una sociedad del Conocimiento, que es lo que realmente genera desigualdades entre las personas y los países. Esto nos remite directamente a la “calidad” de quien escucha o lee. El sustrato cognitivo de quien recibe la información es determinante para la utilización de esa información. Con esto quiero decir que no es mucho el impacto de mayor conectividad, si quienes se conectan son muy desiguales o disímiles en su capacidad analítica. Desde un punto de vista epistemológico, sólo “ve” el que tiene una “marco teórico” previo, de otra manera es sólo mancha o ruido. Por lo tanto sin una política paralela de “capacitación” al lector de información, no se genera ninguna condición de igualdad. La marginalidad social, se verá acentuada, si por un lado las personas “no tienen como buscar información”, pero también por otra si no saben “digerir esa información”, es decir darle un sentido.

En definitiva, los procesos educacionales deben incorporar el uso de las tecnologías de la información, pero dentro del espacio educacional. En concreto, la escuela, el liceo y la universidad, siguen siendo espacios privilegiados para el proceso educacional, es allí donde a través de la intervención en los currículos, se puede generar un ciudadano empoderado, no sólo para exigir conexión, sino para saber utilizarla. Eso obviamente, exige, al estado de Chile, una fuerte inversión, tanto en equipamiento de las tecnologías de información, pero también en capacitación para el uso de esa tecnología. De otra manera sólo se aumentan las brechas socioeconómicas y se contribuye a mayor marginalidad social, a una dificultad de percibir que se participa en una sociedad que crece y se desarrolla.

Gonzalo Rojas

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